miércoles, 16 de julio de 2025

Querida Carmen, perdona que no te felicite hoy por tu santo pero...

Pero es que, si te acuerdas, en realidad, antes de esto del wasap, no era yo de los que tenía estas cosas muy en cuenta. Eso sí, si nos encontrábamos por ahí tal día como hoy, es probable que alguien me lo recordara, quizá tú misma, y entonces sí, un par de besos no te los quitaba nadie, que para eso y para los abrazos, siempre estoy dispuesto.  Lo mismo que si te veo hoy, claro, que ya me he enterado bien de que es tu santo. 

Y ese es el problema. Que uno ya no puede seguir tan feliz, despreocupado de quién cumple años hoy o de qué onomástica se celebra: siempre hay alguien al punto de la mañana que te lo recuerda, quieras o no, y ya después, todo el mundo, con naturalidad, como si hubieran señalado en rojo ese día en su agenda más personal, se suma a la orgía de buenos deseos, copas de champán, tartas, confeti y hasta fuegos artificiales, como si hubieran tenido todo eso escondido en el cajón de la cómoda esperando el gran día. 

Sí, ya sé que con esta actitud mía parezco un insociable y un desaborido. Probablemente lo sea. Pero de verdad que no es porque no te tenga aprecio, Carmen. Tú bien lo sabes. Es solo que quisiera seguir por la vida despreocupado de esto de las fechas señaladas y demás.  Y si un día de estos nos vemos, espero que en esa mueca que tengo por sonrisa, veas todo lo que no te he dicho hoy, querida Carmen. y me respondas con esa sonrisa tuya, tan bonita.

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