domingo, 26 de abril de 2020

Cuatro libros que te van a enganchar, incluso estando en caurentena

Lo de ponerse a leer, a leer un libro, me refiero,  requiere su tiempo, pero sobre todo requiere de cierto sosiego de espíritu. Y si de esto último ya no vamos muy sobrados de normal, en estos tiempos de incertidumbre ya ni os cuento.  Y lo del tiempo, otro tanto. Yo creo que en esto nos pasa un poco como a mucha de la gente que se jubila, que se jubilaba, perdón, antes de lo del virus,  que pensaban que eso iba a ser el dolce far niente y de eso nada monada.  Entre las tareas caseras, los nietos, las idas y venidas al centro de salud, a la farmacia, las actividades del club de mayores, etc. etc., estaban más pringados que antes. Pues algo así nos pasa a muchos ahora. Me hace especial gracia, casi diría que me inspiran ternura, por su inocencia, la ingente cantidad de recomendaciones para "no aburrirse" que te llegan a diario desde los medios de comunicación o por las redes sociales: que si el museo del Prado a golpe de clic y en 3D,  que si conciertos en directo, ópera, ballet, teatro... y encima, todo gratis. ¡Pero si no me da tiempo ni a leer las propias recomendaciones! Como para meterme en harina con lo de dentro. Es de locos. Además, muchas de esas actividades programadas suelen ser precisamente a las 18h, justo coincidiendo con mi clase de zumba en streaming. Cachis. En fin. Retomo el hilo, que me disperso.

Bueno, pues como en estas situaciones no vale cualquier libro, si alguien está pensando en leer uno  y no sabe cuál, a continuación recomiendo cuatro que a mi me han gustado especialmente* de los últimos que han caído en mis manos (y que he leído, eso es importante), y un breve comentario personal, no una crítica, sobre cada uno de ellos. Y si alguien se anima con alguno tras leer esto, me alegraré, sobre todo si me lo hace saber. Hala. Ahí va la lista.



En busca del Unicornio, de Juan Eslava Galán

Esta novela corta la encontré hará un par de años en plena calle a dos manzanas de mi casa sobre el respiradero de un garaje. Supongo que alguien la había dejado allí para que la cogiera el primero que se interesara por ella. Estaba medio lloviendo. Me picó la curiosidad, miré la contraportada y me la llevé.  Todavía hoy huele a humedad. Leyéndola se siente uno trasladado al siglo XV, pero no sólo por la historia que cuenta, que es más que entretenida, sino por el lenguaje y las expresiones que utiliza el autor al escribir, que parecen salidas de  la humilde pero florida y graciosa pluma del protagonista, Don Juan de Olid. Una auténtica y singular delicia.



El adversario, de Emmanuel Carrere

Este perturbador libro llegó a mí por el club de lectura de mi mujer, fuente de la que he bebido tragos realmente saciantes, como fue el caso de Stoner o El color de la leche entre otros. Este no te deja indiferente.  Cuenta de una forma muy directa, casi en primera persona, pues el autor tuvo un contacto muy cercano con el protagonista, la escalofriante e increíble historia de Jean Claude Romand, que  hace un año salió en libertad después de 26 años de cárcel por haber asesinado a  sus hijos, su mujer y sus padres. La realidad supera a la ficción. Y este libro es buena muestra de ello, no solo por la historia en sí, que es tremenda,  sino por cómo lo cuenta. Imprescindible.
Por cierto, más tarde vi una película española que se inspiraba en esta historia y que ha mi modo de ver pasó bastante desapercibida. Se titula "La vida de nadie".  Muy recomendable también.



Fin, de David Monteagudo

Encontré esté título en una de esas listas que aparecen en verano.  Sería una calurosa tarde en la que  no sabía muy bien por donde enfocar mi ansia lectora. Y por suerte acerté. Como de costumbre, no era uno de esos títulos que están en primera fila en las librerías. Quizá no sea literariamente exquisito, pero la trama te atrapa desde un primer momento y no te deja respiro hasta el fin. Nunca mejor dicho. Inquietante.



No, mamá, no, de Verity Bargate

Este librito de menos de 200 páginas llegó a mí como el anterior, puede que incluso en la misma lista. No sé cómo presentarlo. Digamos que una mujer joven, casada y madre de dos pequeños, tras tener al segundo, (quizá a causa de la depresión post parto) comienza a ver su vida con tal desencanto y lo cuenta en primera persona de una forma tan descarnada que te deja completamente noqueado desde la primera linea. Imposible dejarlo a mitad. Pequeño pero matón. Muy, muy intenso. 


* A todos los he valorado con un 9 en mi escala personal (y subjetiva, claro). No es una garantía para nadie, pero puede ser un indicio.