jueves, 27 de enero de 2011

San Valero Ultra cierzo extreme race II.

(Mas conocida como: La carrera del Roscón)

Me he picado. Lo reconozco. Después de ver como se las gastan los de Barbastro he decidido echar el resto y apuntarme a esta mítica carrera en su segunda edición. Que sea lo que Dios quiera.

Se que será duro: 10km prácticamente llanos, la mayor parte por senda de tierra compactada. Y por si esto fuera poco, el compañero mas temible que un corredor de fondo pueda tener: El cierzo, que según las previsiones se presentará este sábado con rachas que pueden alcanzar los 10km/hora. Ah, y con una temperatura que puede rondar los 5 o 6º C. En fin, un infierno.



La carrera es pasado mañana, sábado y la verdad es que no he podido prepararme demasiado. Calculo que desde que corrí la San Silvestre de Barbastro, (estupenda carrera por cierto en la que hubo un ambiente y organización excelentes), habré corrido unos 50km mas o menos. 

Otro aliciente de la carrera es que me ha dicho Chema, compañero y bloguero de A por otra, que va a llevar el globo de 45m. Espero verle en la salida por lo menos, ya que ese ritmo está hoy por hoy fuera de mi alcance. También me han confirmado la asistencia varios compañeros y amigos de Zaragoza. 
No se si se habrá animado algún barbastrense. El año pasado me ha parecido ver en algún sitio que Fernando Torres se atrevió con la primera edición, así a la brava. Que tío.

Bueno, cuando me recupere, espero escribir una crónica a la altura de tamaña gesta. ;-)

viernes, 14 de enero de 2011

Mi tío Isaac

Hace unos días me llamó a la oficina mi hijo pequeño para decirme:

-Papá, tengo una noticia que te va a poner triste.
¿Que ha pasado? -  le dije
-Se ha muerto tío Isaac - me dijo algo acongojado.
¡Pobre tío Isaac!

Mis hijos no habían visto nunca al tío Isaac, que en realidad era el tío de mi madre, pero le habían cogido un cariño especial. Su curiosa relación con él empezó el día en que cumplió 100 años, en el 2006. Eso fue toda una noticia, si señor: Un centenario en la familia.

Aunque como he dicho nunca se vieron ni se hablaron, el tío Isaac y su longevidad se convirtieron en una referencia obligada que saltaba a colación con la menor excusa. Además, a partir de esa fecha, cada año le llamabámos por teléfono para felicitarle. Así que el cumpleaños del Tío Isaac se convirtió en un evento familiar más.  Aunque lo celebrábamos a distancia, el vivía en Manresa, era para todos un motivo de alegría.

La última vez que hablé con el fue para su 103 cumpleaños, en  2009.  Estaba algo duro de oído pero aún cogía el teléfono.  Recuerdo que cuando ya nos habíamos despedido, mientras colgaba el auricular,  oí como se dirigía a su mujer, mi tía Lola, y le decía con aquella voz enérgica que recordaba su pasado militar -¡Que atento este muchacho!

Se murió el día de Reyes, a sus 104 años, me imagino que con su impecable traje gris, cuando entraba al patio de  su casa. Había ido a comer fuera con su familia. Se tropezó en los escalones del patio  y ya no volvió a levantarse.

A partir de ahora, cada 6 de enero,  cuando se acallen las risas nerviosas y el rasgar de papeles brillantes, estoy seguro de que más de uno volverá a sentir la misma ilusión de siempre, al recordar tu historia, tío Isaac.