domingo, 29 de marzo de 2020

Cómo sobrevivir en los grupos de whatsapp. La guía definitiva.


Igual me he pasado con lo de definitiva. Pero el que me conoce ya sabe que soy muy de titulares.

Si ya estábamos enganchados al whatsapp antes de que empezara la cuarentena, no hace falta que os diga cómo está la cosa desde entonces. Una locura. Imagino que pasará lo mismo con el resto de redes sociales, pero como yo solo participo en esta, pues de esta voy a hablar. Y en especial, de los grupos, su punto fuerte en mi opinión, pero también el más crítico. 



O sea que vamos al tema ya de una vez. A continuación, a modo de guía para navegantes, me he atrevido a proponer una clasificación en la que se podrían encuadrar la mayoría de las especies que hoy coexisten en las procelosas aguas de ese maremágnum que forman los grupos de whatsapp. Espero que os sea útil.

El rebotador. Este es un espécimen muy común. Admitámoslo. Todos, bastante a menudo, somos rebotadores. Pero al rebotador puro lo reconoceréis porque al inicio de sus mensaje siempre, digo siempre, sale una flechita gris y la palabra "reenviado". Y aun dentro de este conjunto hay grados muy diversos. Desde el más pernicioso, que reenvía indiscriminadamente todo lo que le llega por otros grupos, hasta el que, algo más contenido, se limita a rebotar cosas que al menos tienen alguna relación con lo que se está comentando.

El exhibicionista. Su medio natural es el Instagram y el Facebook, pero también se mueve con soltura en este hábitat. No pierde ocasión de mostrar a todo el mundo la felicidad que embarga cada momento de su vida. No es muy dañino, aunque puede ser bastante empalagoso si se expone con demasiada frecuencia.

El activista. En muchos  grupos, no en todos afortunadamente,  suele haber uno o varios individuos, que a sabiendas de que se encuentran entre personas con tendencias políticas diferentes, no tienen empacho en lanzar acaloradas soflamas contra la agrupación política que no es de su cuerda. Ante esto, la  mayor parte del personal, con buen criterio, suele tener el buen gusto de no replicar. La paciencia, combinada con una buena dosis de indiferencia, suele ser el mejor antídoto.

El atrae fakes. En realidad suele ser una variante del rebotador, pero con una sensibilidad especial, una tendencia natural a la difusión de bulos, fakes y teorías conspiratorias de todo tipo. El no va más de esta clase es cuando se combina con el activista. Un cóctel realmente explosivo.

El inoportuno. Este tipo puede ser en realidad cualquiera de los otros, incluso de los pasivos (los que casi nunca participan). Se manifiesta cuando en medio de una conversación, o justo después de lanzar algún mensaje personal o en el que has puesto especial interés, zas, te corta el rollo con un tema que no tiene nada que ver dejándote con un palmo de  narices. Os ha pasado, ¿verdad? Para evitar esto, recomiendo siempre echar un vistazo al grupo antes de compartir nada nuevo.

El caza vampiros. Es justo lo contrario del atrae fakes, sobre el que se lanza como un águila ratonera en cuanto huele un bulo. Aunque a veces puede llegar a ser un poco pedante, suele ser útil para mantener cierto equilibrio en el frágil ecosistema grupal.

El felicitador feliz. Esta subespecie puede combinarse con todas las demás, pero tiene la particularidad de que suele contar entre sus miembros con muchos de los llamados pasivos que, agazapados en sus madrigueras, esperan la llegada de un cumpleaños para salir exultantes entre tartas, confeti y serpentinas para felicitar al interesado en día tan señalado. No pasa nada, es un tipo aceptado socialmente. Solo que yo, puestos a elegir, prefiero en estos casos una llamadita o un  mensaje personal. Manías mías. 

El creativo. Por definición, sería lo opuesto al rebotador. Acostumbra a aportar contenidos de elaboración propia. A veces es difícil distinguirlo del exhibicionista. Hay que tener cuidado con eso. En todo caso, al menos si alguien se molesta en escribir un mensaje o lo que sea de su puño y letra, qué menos que leerlo.

El adulador. Emparentado con el felicitador feliz suele aparecer, a modo de palmero,  tras la intervención de un activista de su misma manada, con el que comparte las mismas pulsiones pero con menor iniciativa. 

El despistado. Suele recibir antes un burofax que un mensaje de whatsapp. Por urgente que sea. No tiene mala intención, pero a veces es exasperante.

El dictator. Jamás escribe con el teclado. Se limita a hablar por el el micro. Largas parrafadas, por lo general.  Si es por una deficiencia visual, o física, está en su derecho. Pero por vagancia... no tiene perdón. De las dos variantes de este ejemplar, el que te envía directamente los audios es claramente el más fastidioso. Por lo menos  al texto, aunque suele estar lleno de erratas de la transcripción, le puedes echar un vistazo y te haces una idea de que va. En el caso del audio lo mejor es obviarlo directamente y en caso de alegación decir que tienes la memoria llena.

En fin. Probablemente existan muchos más tipos de los que acabo de describir. Al fin y al cabo esto no es un estudio científico. Es solo un divertimento. Y no creo que nadie o casi nadie pueda decir que no se haya infiltrado en algún momento en prácticamente cada uno de todos estos tipos. Yo seguro que sí. En todos. Pero bueno. El único fin de este "estudio" es arrancar una sonrisa a alguien en estos días tan extraños. Y, quién sabe. Quizá también haya a quien le sirva para reflexionar un poco sobre este fenómeno del whatsapp, del que formamos parte, queramos o no.



14 comentarios:

  1. Me lo he pasado bien leyendo esto, espero el siguiente relato Ramoncin.

    Un saludo de Antonio, tu admirador

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  2. Muy buena la clasificación de especies. Buen análisis y divertido. Enhorabuena.

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  3. Lo he pasado fenomenal leyendo. Quizás por verme reflejado en alguno de ellos, jejeje

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. Me alegra que te haya gustado, querido lector "desconocido". Un saludo.

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  4. Buen post, estás hecho todo un Darwin del whatsapp. Me he reido porque, como todos, me veo identificado en varios tipos.

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    1. Jaja. Me alegro de que hayas pasado un buen rato Daniel.

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  5. Ramón, eres un hombre del renacimiento, cantas, tocas guitarra, escribes , analizas... ole tú. Muy chula la clasificación. Te falta una especie😉. Ya te la contaré

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    1. Gracias por tus palabras Maite. Aunque más bien soy aprendiz de muchas cosas y maretro de nada. Pero bueno. Hablamos luego de la especie esa...

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  6. Bueno bueno por supuesto que le estoy hablando al móvil y me lo está transcribiendo. Pues depende de la hora del día y depende del momento me hace gracia una cosa u otra. Solo te faltaba que supieras tocar la guitarra y que lo subieras a YouTube. No desesperes que todo se andará un abrazo

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    1. Jeje, Felix. Ya sabes que eres una referencia para mi😀. Un abrazo

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