viernes, 25 de mayo de 2012

¿El Orinoco?


Pues no. El río Ebro. Pero así de frondoso lucía hoy al amanecer, en Zaragoza.

Con la llegada del calor he iniciado la campaña de entrenamientos matutinos de los que ya hablé el año pasado. Por supuesto los sigo recomendando para todo aquel o aquella que pueda. Os aseguro que después de haber estado inmerso en este espectáculo, del que aquí solo muestro una imagen, pero que estaba aromatizado con la esencia misma de la primavera y con una muy apropiada banda sonora interpretada por los pájaros del bosque de ribera, uno llega a la oficina... con otro aire. Con esa sonrisilla pícara del que  paladea  un íntimo y regocijante secreto: "Si supierais donde he estado esta mañana, cuando amanecía..."

6 comentarios:

  1. Eso es, llega uno con una sonrisa y eso que dices... un secreto de un determinado numero de kms matutinos. Saludos.

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  2. Ramón, me quedo la foto. Trataré de llevar el agua al Vero. Saludos.

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    1. !Gracias por tu visita, tío Pepe!
      Que vaya bien el trasiego.
      Un abrazo.

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  3. Respuestas
    1. Vale, ya me contarás...
      Y espero verte en la del Somontano..

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