jueves, 26 de enero de 2023

¡Chas!

Con este breve cuento, obtuve el primer premio en un concurso convocado por el organismo público para el que trabajo. Debía girar en torno a dos ejes, el agua y la igualdad, y no debía superar las dos páginas. Nunca me había dado por escribir un cuento, pero lo tomé como un reto, y parece que el resultado convenció a la mayoría del jurado. El otro día una compañera me dijo que se lo leyó a su hija pequeña  a la hora de dormir y se quedó un rato con los ojos como platos  haciéndole preguntas sobre las protagonistas de la historia. Me doy por satisfecho.

Aquí va el cuentecito:

¡Chas!

Flora y Pura se conocieron por casualidad una mañana de principios de verano a la sombra de una higuera. Aunque para ellas el tiempo discurre mucho más lento que para las personas, las gotas de agua no tienen una vida independiente muy larga que se diga, así que nada más verse se pusieron a hablar de sus cosas. Flora, orgullosa de su transparencia, le contaba a Pura que había nacido esa misma mañana justo debajo del pétalo de una Margarita. Había pensado llamarse Rocío, como la mayoría de las que llegaban al mundo de aquella manera, pero le parecía un nombre demasiado corriente para una gotita tan preciosa y singular como ella. Pura, a su vez, le contó que había caído hacía un rato sobre la hoja de trébol en la que estaba desde la higuera, donde fue a caer la tarde anterior durante un chaparrón. Las dos presumían de su noble origen, al que atribuían sin duda su belleza y frescura.

En esas estaban cuando vieron allí al lado a una humilde y turbia gotita que se había quedado agarrada al tallo de una amapola.

—Y tú, ¿quién eres y de dónde has salido? —le dijeron las dos entre risitas.

—Me llamo Chas.

—¡Ja, ja! ¿Pero qué nombre es ese? —rieron Flora y Pura al unísono.

—No sé, es lo primero que oí cuando nací esta mañana. Mi mamá, a la que solo pude ver un momento mientras se colaba en la tierra, era una gota cristalina como vosotras y al caer desde esa higuera sobre el suelo, ¡Chas!, salí salpicada y llegué hasta aquí.

—Como nosotras, dice. ¿Pero has visto qué pinta tienes? Ni siquiera se puede ver nada a través de ti. Tú nunca serás como nosotras. Además, nuestra madre no está enterrada como la tuya. La mía está en el aire —dijo Flora— y la de Pura en el cielo, ¿verdad, querida? —dijo mirando cómplice a su amiga.

—Pobrecita. Qué historia más triste.

Y así, Flora y Pura siguieron a lo suyo sin hacer caso a Chas que las miraba algo afligida sin entender muy bien por qué la trataban así.

Aunque Chas solo conoció a su madre un instante, en términos humanos, ya sabemos que para las gotas de agua el tiempo va muy, muy despacio, pudo escuchar lo que ella le decía mientras se iba infiltrando poco a poco en la tierra húmeda:

“Pequeña Chas, no tengas miedo. Aunque ahora te encuentres sola y tu aspecto no sea tan brillante y limpio como el de las demás, debes saber que eres tan importante como ellas. Todas tenemos el mismo valor. Separadas parece que no somos nada, pero juntas somos capaces de dar la vida a todo lo que nos rodea. Ese simple tallo sobre el que estás ahora, nos necesita. Yo misma voy a saciar su sed en un momentito. Y sí, podrás sentir mi caricia y mi dulzor, cuando suba a tu lado en forma de savia. Y yo notaré tu abrazo al pasar junto a ti. Y puede que esta misma tarde, volvamos a estar juntas de nuevo en esas hojitas de arriba, desde donde, quizá mañana, volvamos a ascender hacia lo alto ya sin ser nosotras mismas para, más tarde, juntas o separadas, aquí, o en la otra parte del mundo, eso no importa, volver a ser nuevas gotas de agua y poder cumplir nuestra importante misión. Es el milagro de la vida, hija mía. Hasta siempre.”

Y mientras recordaba emocionada estas palabras de su madre, Chas, ya mucho más tranquila, empezó a notar una leve brisa que la hizo tambalearse y empezó a descender. Mientras lo hacía se topó con Pura y Flora, que la miraban sorprendidas viendo que su destino común se aproximaba de forma inexorable.

No temáis —les dijo—, agarraos a mí, todo irá bien.

16 comentarios:

  1. Bonito y con sentimiento... ii Bravo Ramón !! Saludos -con toque hídrico, en este caso- de Antonio Baeta. :-)

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  2. ¡Enhorabuena Ramón! Consigues emocionar con tu sensibilidad. Premio muy merecido, seguro que eso te anima a seguir escribiendo. Tus amigos estaremos atentos a nuevas publicaciones

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    1. Muchas gracias por tus palabras, lector o lectóra anónim@😊

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  3. Ramón, siempre sorprendiendo con tus múltiples habilidades. Eres un artista.

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    1. Muchas gracias Fernando. Jeje, sí, mucho picotear aquí y allá pero bueno🙂

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  4. Pero qué cosa más bonita por favor. Bello ... es muy difícil hacer algo tan bonito y que parezca sencillo. Muy "chas"☆

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    1. Muchas gracias por tu comentario, lector o lectora anónimo/a.

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  5. Jaka,,Ehhh ramón, soy Maite. No amonima

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    1. Ay Maite, tenía que haber adivinado que eras tú. Gracias por otra vez por tus palabras tan emotivas.

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  6. Ramón es precioso y tierno. Enhorabuena. Se lo envio a mis nietos. Un beso grande

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    1. Muchas gracias M° Carmen. Besos y hasta pronto😊.

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  7. Ramón me ha parecido muy bonito... Y en estos momentos muy entrañable.

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    1. Muchas gracias, Marian. Me alegra que te haya gustado.

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