miércoles, 9 de junio de 2021

Breve historia de la informática (I)

A lo de breve se le podría añadir "muy incompleta" y "falta de rigor", pero esto no es la Wikipedia, oigan. 

Allá va.


Primera época

    Sería a principios de los 70 cuando un compañero de clase del colegio Escolapios de Barbastro y amigo del barrio me trajo a casa una tarde la primera calculadora que había visto yo en mi vida. Era una Casio blanca de plástico muy parecida a la de la foto. Puede que fuera ese mismo modelo. Tenía una estrecha pantalla negra de cristal en la que se iluminaban unos dígitos perfectos, cuadriculados, de un verdiazul fulgurante. Una clase de números que solo había visto en alguna película de ciencia ficción como 2001, Odisea en el espacio. Aquella máquina del futuro me tenía hipnotizado. El padre de mi amigo, que era el dueño de una fábrica importante, la había comprado en Canarias por 13000 pesetas, una ganga al parecer, pero que era un dineral entonces. Algo que casi nadie se podía permitir, claro. Ni lo de ir a Canarias, ni lo de comprarse aquel juguetito.  Todavía recuerdo perfectamente aquel aroma dulzón tan especial a circuito electrónico  que despedía el liviano y mágico objeto mientras lo tenía en mis manos. Fue la primera vez que sentí esa excitante sensación, y la revivo intensamente cada vez que desempaqueto un móvil nuevo, por ejemplo. Lo del olfato es increíble. 

Una de las primeras calculadoras Casio.  Años 70


    
No sé cómo convencí a mi amigo de que me dejara la calculadora hasta el día siguiente. Pero me la dejó. Me pasé horas haciendo multiplicaciones y divisiones larguísimas, maravillado ante  aquellas cifras verdes que aparecían al instante sin más ruido que el suave clic de las teclas y que iluminaban mi alcoba convirtiéndola en una especie de nave espacial. Me agazapé allí para gozar solo, embriagado de aquél aroma, frente a aquel tenue resplandor, sabedor de que era dueño exclusivo, aunque fuera por unas horas,  de aquella maravilla de la técnica.  

    Fue como una revelación. Junto a la curiosidad propia de esa edad, ya tenía yo entonces cierta propensión a evitar las tareas tediosas, e intuí que aquella nueva tecnología podría serme de gran ayuda en un futuro próximo. Y así fue. Supongo. Ya en el BUP todos tirábamos de calculadoras Casio para hacer las cuentas. Eran algo más evolucionadas y resultaban relativamente asequibles. 

    He dicho todos, pero no. Había alguna excepción, gente lista por lo general con una visión más a largo plazo (o con progenitores o algún hermano mayor de esas  características) que usaban calculadoras  Hewlet Packard. Solo con ese nombre ya se veía que eran algo raro.  Funcionaban como al revés:  en vez de poner "A+B=" y ya está, como en las Casios,  en las Hewlet Packard había que poner A "Enter" B +. Algo realmente extraño, que no entendíamos los demás pero que con el tiempo se demostraría un modo más eficiente de operar y que estaba más en consonancia con los lenguajes de programación de los que se empezaba a oír hablar. La de veces que nos quedaba de darle al Enter y pensábamos que aquello no iba con nosotros. Pues sí. eran los albores de la informática. Al menos en mi breve historia.

    Faltaban uno o dos años para que tuviera mi primer "ordenador". El Commodore 64. Pero eso lo dejaré para el siguiente capítulo. 


4 comentarios:

  1. Que partidas con el comodoroe 64 y que ejercicio y sudar con esos juegos.

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  2. Me he emocionado mucho recordando la calculadora casio .
    Qué memoriota tienes pa to☆☆☆☆☆☆

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    1. Gracias Maite. Aprovecharé mientras me dure. La memoria😀

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