domingo, 1 de enero de 2017

5 San Silvestres para acabar el año

Pero de las de 10 km, como la vallecana. Eso es lo que hemos trotado mi mujer y yo desde que empezamos las vacaciones de Navidad el día 23 de diciembre. Tengo que reconocer aquí que es un privilegio poder librar estos días. Pero a lo que iba, en realidad no hemos hecho ninguna carrera, simplemente hemos salido a correr cinco días a razón de una horita al día. Ya el año anterior hicimos algo parecido. Y puedo asegurar que es una excelente forma de encarar el fin de año.

Salíamos a eso de las ocho y media. En Barbastro todos los días había niebla y la temperatura rondaba los cero grados. Un ambiente aparentemente poco propicio para echarse a correr. Pero solo aparentemente. Han sido de los entrenamientos más gratificantes que he hecho nunca. Y lo mejor de todo, como he comentado muchas veces aquí hablando de los beneficios de hacerlo por la mañana, es que luego el resto del día se afronta con esa satisfacción del que ya ha se ha dejado las tareas importantes hechas antes de salir de casa. Una gozada vaya. Especialmente en el aspecto festivo-gastronómico:

La sopa de Navidad. Una de mis debilidades que mi mujer prepara de maravilla. Ha sido uno de los manjares de los que hemos disfrutado estos días. En los que también ha habido cardo con bacalao,ternasco al horno, pastillo de calabaza, etc. En fin: una locura.

Vermús con los amigos. Comidas y cenas de fiesta. Cafés y/o carajillos con pastas y turrones. Desayunos potentes a base de tostadas, mantequilla, mermeladas, Panettone.  Cervezas en "El Cortés" antes de cenar. Champanadas a media tarde. Cena en familia estilo mexicano (muy recomendable por cierto, en "El Dimas Fusión"). Hasta algún que otro gintonic. Ah, y un par de almuerzos en "El Alahambra", uno con mi padre y otro con los colegas. En fin, lo que se dice una semana gastronómica en toda regla pero sin freno de mano ni nada. A tumba abierta.  Y todo ello sin remordimiento alguno. Sin preocuparme para nada de la báscula ni del agujero del cinturón. Pensaréis que en realidad yo sólo salgo a correr por esto. Pues pensáis bien. Esa es mi motivación principal. Quizá la única.

Afortunadamente no todas las semanas son tan intensas como esta y no requieren salir a entrenar 5 días,  (curiosamente los mismos que la semana más exigente de mi plan para la  maratón). Pero si la ocasión lo merece, se corren cinco San Silvestres o las que haga falta.




Un pensamiento que que se me acaba de ocurrir (basado en hechos reales, aunque no tiene mucho que ver con el tema): Si una tarde pasas por casa de un amigo sin avisar y aparte de sacarte una cervecita, te abre una botella de buen vino y empieza a cortarte sin ningún tipo de moderación el mejor jamón  que hayas probado en tu vida... es que estás ante un amigo de verdad. Cuídalo.

Por último diré que lo de correr la San Silvestre de forma convencional lo he hecho en cuatro ocasiones en Barbastro. Y no está mal para pasar la tarde de fin de año.  Pero desde que me di cuenta de que se puede disfrutar perfectamente de los beneficios del correr  sin apuntarse a carreras... qué queréis que os diga.  Si hay que ir se va, pero ir por ir...

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho esa sopa de Navidad yo la llamo "sopa gorda", me gusta el vermú, el jamón recién cortado, las comidas, cenas... y ese común denominador de echarse a correr por las mañanas que da un plus para disfrutar mejor de lo anterior. Me encanta tu artículo.

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    1. ¡Peeedrooo! ¡Qué haría yo sin ti! Mi maestro y mi más fiel seguidor. Gracias por tus comentarios.

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