viernes, 16 de enero de 2015

Elogio del entremés (frente a los entrantes compartidos)

Este pasado año, entre otras cosas, me ofreció la oportunidad de reencontrarme al menos en un par de ocasiones con uno de los platos más injustamente olvidados en los menús de los restaurantes españoles de todo tipo. Me refiero al "entremés",  o "entremeses". Hace unas décadas cualquier sitio donde uno fuera a comer "de menú" contaba entre las opciones obligadas para primer plato con unos "Entremeses variados". La calidad y contundencia de este plato podía variar mucho de un lugar a otro, pero uno sabía más o menos a qué atenerse. 

Entremeses variados típicos. Con la imprescindible ensaladilla rusa, sus embutidos, su queso, sus fritos, y un poco de verde para compensar. Este es un ejemplo que he sacado de la web cocinaconmarga.com, pero puede haber múltiples variaciones. Normalmente no incluyen langostinos, pero si espárragos, croquetas, paté, etc.  En resumen, un primer plato apetitoso y variado que no suele defraudar a nadie.

Hoy, sin embargo, no es muy habitual encontrarse con unos entremeses como los de la foto, de los de toda la vida. Parece ser que no entran dentro de lo que se considera moderno en la cocina actual. Y lo malo es que tampoco se consideran un plato de la cocina tradicional. ¡Una lástima! Si, una lástima porque el aliciente que tiene este plato es que constituye en si mismo un aperitivo  bien surtido que si te lo tomas antes en la barra del bar te sale por un pico, mientras que dentro del menú te hace el mismo servicio y no tienes que abonarlo aparte. Luego te pides una carne o un pescadito para segundo y asunto solucionado. Ya te puedes echar la siesta con la satisfacción del trabajo bien hecho.

Pero no acaba ahí la cosa. Resulta que para sustituir la encomiable función que cumplían los entremeses variados, en la actualidad cualquier maître de pacotilla te suele recomendar, así como en secreto, unos "entrantes para picar en el centro de la mesa", sugerencia que extrañamente casi todos los comensales suelen aceptar gozosamente. ¡Ignorantes! ¡No hay mayor engaño! Si tienes mucha suerte,  puedes aspirar a zamparte la mitad de lo que sería una ración individual como la de la foto. Eso sí, el precio será siempre mayor. 

Y aun hay más. Quizá el efecto más pernicioso de la supresión de los entremeses sea el deterioro de las relaciones interpersonales.  Alguien podría pensar que lo de "algo para picar en el centro" fomenta las relaciones sociales, incita a compartir, etc. ¡Nada más lejos de la realidad! Especialmente cuando el grupo empieza a ser algo numeroso. Por alguna perversa razón, sea cual sea la categoría del restaurante al que vayas, el número de platos con entrantes y sus correspondientes raciones jamás se pueden distribuir de una manera justa y equitativa entre los que están a la mesa. Jamás. Siempre hay sitios privilegiados, generalmente los que ocupan la parte central, con acceso a varias fuentes del mismo manjar, y esquinas desde las que para conseguir una croqueta tienes que rebajarte a pedirla a voz en grito, bajo la mirada de reprobación de los que no han tenido necesidad de hablar de la comida salvo para elogiar su abundancia y calidad. Claro, como ellos no se han sentado nunca en una esquina.  ¡¡¡Grrr!!! ¡Con lo fácil que es todo cuando cada uno tiene su plato! Y si quieres compartir, pues compartes, o intercambias, o donas los pimientos si no te gustan, pero partiendo de una situación de igualdad. De tú a tú. Sin sentirte discriminado por estar sentado en una esquina. En tu esquina de siempre.



8 comentarios:

  1. En la mili -campamento, 1983- había una especie de platos compartidos, se iba pasando la fuente general, normalmente llegaba y sobraba bastante, pero si estaba bueno a las esquinas no llegaba nada y con eso se quedaban, este sistema no es tan moderno como lo pintan y los resultados dejan mucho que desear y el precio...

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    1. Jeje. Así es Pedro. Por suerte todavía quedan sitios donde se ñuede comer decentemente por poco dinero.

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  2. Eres la monda Ramón, en qué cosas más sutiles caes.
    Me he reído un montón. Es verdad, el plato de entremeses variados forma parte de mí ya lejana infancia. Casi siempre era un plataco. Recuerdo que entre los hermanos nos "cambiábamos" las delicias para que el plato de cada uno fuera espectacular. No siempre se conseguía, conflicto de intereses.
    Ahora pensando en invitar a queridos amigos a casa me pregunto qué y cómo preparar. Qué protocolo seguir. Qué epis usar.
    Mehas dado la solución: que cada uno se traiga su gran y favorito plato de entremeses😀. Las cervezas las pongo yo con gel hidroalcohólico al gusto.
    Un gusto leerte, Ramón🎸

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    1. Gracias Maite. Es un gusto recibir comentarios y saber así que lo que uno escribe al menos le hace gracia a alguien. Y cuenta conmigo para la siguiente merendola. Aceptaré, fíjate lo que te digo, incluso unos entrantes para compartir. (Jeje, en merendolas y demás saraos sí están justificados��)

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    2. ¡Hecho ;) !
      Te animo a que sigas narrando y rescatando trocitos de la vida
      Es bueno por mucho y para todos.

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  3. Los entremeses eran un plato que me hacía mucha ilusión de crío porque se hacían en Navidad o para celebrar alguna fiesta.
    Fue también durante mucho tiempo insustituible en el menú de una boda o de una comunión y, como bien dices, te permitían intercambiar, ceder o que te cedieran una rodaja de calamar o una croqueta.
    Un buen plato de entremeses te dejaba casi saciado mientras que ahora, con los centros a compartir, no tienes ni para empezar. Y encima nunca son divisibles, siempre queda la croqueta de la vergüenza.
    Hoy no se ven entremeses en ningún lado porque se deben considerar viejunos pero con tu entrada me haces sentir nostalgia por aquel tiempo pasado y aquel plato tan honrado, digno y rico.

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  4. Fernando Peripatético22 de diciembre de 2023, 6:34

    La culpa de la desaparición de los entremeses la tenemos nosotros, que nos hemos vuelto muy exquisitos, y empezamos a preferir poco de calidad antes que abundante, variado y normal de calidad.

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    1. Pues sí, Fernando. Puede que parte de la culpa sea nuestra. Tanto masterchef, tanto vinagre de Módena y tanta tontería, han hecho mucho daño.😀

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