sábado, 11 de octubre de 2014

El gran secreto de los bocadillos con el pan siempre tierno y crujiente.

Aprovechando que estos días parece que el apocalipsis está ya ahí, a la vuelta de la esquina, he pensado que sería bueno tratar algún tema serio. Como por ejemplo este asunto de los bocadillos. A primera vista puede parecer una tontería, pero si pensamos un poco nos daremos cuenta de que, al menos los que tenemos hijos, nos pasamos un montón de años preparando bocadillos día tras día todas las mañanas de colegio. Y si tienes dos o más criaturas en casa, eso son muchos, pero que muchos miles de bocadillos. Así que, ¿Por que no hacerlos lo más ricos posible y ahorrando tiempo y dinero?

Yo llevaré unos 10 años dedicando un rato nada desdeñable cada mañana a esta tarea, que por otro lado me resulta bastante gratificante, y calculo que me quedarán por lo menos otros 4 años más. Pero vayamos al grano. Cuando hablo de bocadillos me refiero al clásico bocadillo español que  se hace con pan de barra. Nada que ver con el sándwich de pan de molde, que si, se mantendrá tierno, o mejor dicho "blandengue" durante días en su bolsa, pero jamás podrá albergar en su seno unas virutas de jamón con un mínimo de decoro. Para hacer un bocadillo  en condiciones hace falta un pan de barra o baguette o chapata  lo más recién hecho posible. Y ahí está el problema: que uno cuando se levanta a las 7 de la mañana no suele disponer de una panadería a mano a la que acercarse un momento en pijama.

Para eso, y ahí va solo el principio del "gran secreto", está el congelador. Confieso que durante muchos años no me convenció nada la idea del congelar el pan. El problema era que no lo utilizaba de la forma adecuada. Ponía el pan a congelar cuando ya había perdido su frescura. Luego cuando lo sacaba, lo descongelaba en el microondas  y lo que me encontraba era un pan revenido y blandurrio que no valía para nada. Como alternativa solía guardar el pan de un día para otro en bolsas de plástico cerradas. No se ponía duro, pero cuando lo sacabas  al día siguiente empezaba a asemejarse demasiado a su primo el pan de molde. Un desastre vaya. Y es que por aquel entonces, no hará más de dos años, todavía no me había sido revelado el gran secreto para tener siempre pan crujiente en cualquier momento. No voy a alargar más el suspense. Estas son las claves:


  1. El pan debe congelarse lo antes posible. Si está todavía caliente de la panadería, mejor.
  2. Y esto es lo más importante: antes de congelar debe cortarse previamente como si fuéramos a preparar los bocadillos en ese momento: es decir, al tamaño que queramos pero siempre cortado en dos mitades , aunque luego guardemos las mitades juntas en el congelador.

Este es más o menos el aspecto habitual de uno de los cajones de mi congelador: Lleno de panecillos y pedazos de barra pre-cortados al tamaño deseado. También se puede guardar en rebanadas siguiendo siempre la norma del punto 1

Cuando sacas las dos mitades del congelador no hay más que rellenar con lo que se quiera y ya está. ¡No hay ni que recoger migas! Además, para los que somos amantes del "pan con tomate", el hecho de estar todavía congelado tiene la gran ventaja de que el frotado es mucho más fácil y eficiente. Luego un chorrito de aceite de oliva y ya casi es lo de menos lo que se ponga dentro.

Unas simples lonchas de mortadela se vienen arriba completamente  en un entorno tan sugerente como este. Una vez oí al mismísimo Ferrán Adriá  decir que algo tan humilde como una mortadela barata se convertía en un bocado exquisito con solo aplicarle un tratamiento tan sencillo como el de la foto. Estoy totalmente de acuerdo con él en eso.

No solo lo parece. A los pocos minutos de preparar el bocadillo el pan está tan tierno y crujiente como aparenta la imagen. Y a la hora del recreo sigue conservando esas cualidades.

En conclusión: si cuando vas a por el pan en vez de comprar una barra compras tres y cuando llegas a casa congelas dos de la forma indicada, además del posible ahorro, te aseguras de que al día siguiente por la mañana, o en cualquier otro momento, vas a poder preparar unos bocatas estupendos en un santiamén. Solo tienes que acordarte de tener algo para poner dentro. Aunque eso casi es lo de menos.

17 comentarios:

  1. ME ESTA ENTRANDO HAMBRE RAMON, ME VOY A CENAR UN BOCATA

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jeje, normal. Yo el de la foto lo hice para la ocasión con fines estrictamente documentales a eso de las 7 de la tarde, pero ya que estaba hecho, me lo comí sin ningún problema, antes de cenar.

      Eliminar
  2. Quisiera saber como envuelves los bocadillos en papel de alumino, papel film y tambien cuantas horas aguantan una vez envueltos. Muchas gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Anuska,
      El asunto consiste en congelar el pan cortado ya para bocadillos. Lo meto en bolsas de plástico en el congelador.
      Luego cuando se necesita se saca congelado y se hace el bocadillo normalmente. Lo ideal sería comerlo a la media hora o así, es decir, recién descongelado. Pero si no, se envuelve normalmente en papel de aluminio o como se quiera. Dependiendo del relleno y del tiempo lógicamente el pan ya no estará tan crujiente como recién hecho. Pero siempre estará mejor que si lo hubiéramos hecho con el pan del día de antes sin haberlo congelado.
      Un saludo!

      Eliminar
    2. Si vas a usar tupper para llevártelo al trabajo, hace la función, o envolverías primero en aluminio y luego tupper?

      Eliminar
    3. Hola Áxel. La verdad, no sé que decirte. Lo del papel de aluminio es un clásico para envolver los bocadillos supongo que por razones higiénicas y prácticas. Ya que supone un envoltorio rápido y casi hermético que puede meterse en la mochila sin más. Y si puede rezumar aceite, se pone en una bolsita de plástico y solucionado.

      Eliminar
  3. Tengo mi bocadillo de paté congelado en la mochila, espero que al sacarlo esté comestible y bueno como aparenta en la imagen.

    ResponderEliminar
  4. El descongelado es al aire? Simplemente con media hora fuera del congelador ya está para consumir? Gracias!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Añado comentario para marcar recibir aviso

      Eliminar
    2. En media hora, depende de la temperatura ambiente quizá no esté descongelado del todo, y envuelto en aluminio puede tardar un poquito más. Pero vaya, en una hora seguro que está ya listo.

      Eliminar
    3. Gracias por visitar mi blog Áxel!

      Eliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  6. Una ves relleno que tal si lo pongo a tostar?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Perfecto. El pan congelado se puede tostar u hornear directamente y queda muy bien, con o sin relleno. Lo que hay que evitar en lo posible es ponerlo en el microondas.
      Un saludo.

      Eliminar
  7. Si lo llego a saber..... creo que no voy a tener más niños para probar tus descubrimientos. Lo pasaré a l@s que están en ello. Todo un tratado. Gracias Ramón....bocataaaaaaa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jaja. Gracias Maite. Pero a cualquiera le viene bien tener siempre pan listo para bocatas en casa.😄

      Eliminar