martes, 16 de julio de 2013

Néstor

Néstor era un compañero de instituto que no recuerdo que destacara por nada especial, salvo por estar dotado de una inteligencia superior. En aquellos años, finales de los 70, no debían de tenerse muy en cuenta estas peculiaridades, aunque sospecho que ahora tampoco demasiado. Así que a base de aburrirse como una ostra acabó el instituto y se fue a Zaragoza donde sacó la carrera de física sin despeinarse. Después algún cazatalentos lo fichó para Ibercaja o la Cai, ahora no recuerdo, para el incipiente departamento de informática.

Néstor en su época de estudiante de bachillerato en el Seminario de Barbastro
No se exactamente lo que pasó pero a los pocos años dejó el trabajo aquejado de alguna dolencia, imagino que del alma. Melancolía, quizá. No lo se. Cuando me lo encontraba por Barbastro nos saludábamos e incluso conversábamos sobre cualquier asunto trivial, pero nunca le pregunté sobre temas personales. 

Un tiempo después de su temprana muerte en 2007 su familia accedió a su ordenador personal y encontró una obra escrita que hablaba de la rica vida interior de su autor. Algunos de esos textos fueron recopilados y editados en un pequeño libro titulado "Un paseo con mi princesa". Mi amigo Pepe me prestó un ejemplar que me leí de una sentada, aquí dejo un pequeño relato extraído del libro.

Gracias Nestor.



7 comentarios:

  1. Conmovedor para los que estuvimos con el en el Seminario. Chema

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  2. Conocí a Nestor en el otoño de 1975. Alguna mente privilegiada en la dirección provincial de educación de la época decidió cerrar las escuelas de los pueblos, poner a los alumnos dentro de un autobús y enviarlos a la cabecera de comarca correspondiente. Y Así fue como, en el patio de recreo del antiguo instituto Hermanos Argensola de Barbastro, conocí a Nestor, y a un montón de gente de mi edad de los pueblos del Somontano. Congeniamos desde el primer día.
    El curso siguiente ambos comenzamos el BUP según los planes de la época, Nestor con un curso de adelanto. Y volvimos a coincidir en el internado del Seminario de Barbastro.
    Durante dos años mantuvimos una relación cordial, hasta que motivos familiares me llevaron a cursar 3º de BUP a Fraga.
    Ya no lo volví a ver, y poco mas supe de el. Alguna vez le envié saludos a través de su primo Carlos, y recibí el eco por el mismo conducto, pero poco mas. Años mas tarde tuve vagas noticias de su enfermedad.
    Lo recuerdo como un tipo discreto, afable, prudente, lo que los andaluces llaman “buena gente”.

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    1. Gracias Carlos. Coincidimos los tres en BUP. Y años más tarde, no sé si te acordarás, volví a coincidir contigo en un concurso de la radio en Barbastro. Un saludo.

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    2. Por supuesto que me acuerdo, perfectamente.
      Saludos.

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